¡Hola a tod@s!
Aquí estoy, contándoos mi experiencia, como parte del proyecto en el que participé en el verano de 2016.
Mi movilidad la realicé mediante un proyecto Erasmus+, KA103, de Educación Superior.
Escogí Edimburgo a finales de agosto, época en la que finaliza el “Edinburgh Fringe”, un festival internacional alternativo con infinidad de espectáculos de música y arte escénicas.
El festival trascurre entre calles, escenarios y multitud de puntos a lo largo y ancho de la ciudad.
La ciudad es especialmente bonita para algunos, con sus edificios grises de piedra, monumentos, cementerios a pie de calle, climatología húmeda y fría e interculturalidad pero, para mí, diré que fue especial, aunque por otra serie de cosas que no tienen que ver con estas…
En cuanto a la formación, explico a continuación:
Realicé un curso de idiomas en la “Edinburgh Language Centre”, situada muy cerca del centro de la ciudad. Eran grupos reducidos, y la verdad es que el aprovechamiento fue muy bueno, por los motivos propios de la escuela, pero sobre todo porque lo combiné con el alojamiento en una familia.
En clase conocí a gente muy interesante: había dos o tres chicos jóvenes, y el resto éramos “no tan jóvenes”; y es que me di cuenta de que los idiomas, a nivel profesional, se están convirtiendo en una necesidad imperiosa para TODO el mundo, no solo para los jóvenes que empiezan en el mercado laboral, sino para cualquiera que quiera coexistir más allá de las fronteras de su pueblo o de su región, y más en Europa, por su naturaleza multilingüe.
En cuanto a la residencia, la estancia fue estupenda y sigo manteniendo contacto con ellos.
Era una familia estupenda: él chef, ella hostelera, y sus dos hijos. Me llevaban de cena con sus amigos y vecinos, conversábamos (en la medida que yo podía, pues no entendía muy bien cuando ponían su acento escocés…), pero la risa estaba garantizada.
Tuve que emplear mis dotes culinarios para hacerles una paella de carne… A la que asistieron vecinos, y en la que el chef… ¡¡se puso a mi mando como pinche, que tensión!! Aun así, creo que salí victorioso de la hazaña, como leonés aguerrido (o ingenuo) que soy.
La semana finalizó con la despedida del “Fringe” con una espectacular puesta en escena de música clásica en vivo junto con fuegos artificiales (fireworks) que caían del famoso Castillo de Edimburgo, escenario tanto de hechos históricos y de una gran relevancia en la historia de Escocia como de otros muchos en el mundo del cine y el espectáculo, de lo cual dejo un enlace para el que esté interesado.
http://www.dailyrecord.co.uk/news/scottish-news/spectacular-fireworks-display-brings-end-8732216
Como reflexión final diré que, a mi entender, es de agradecer que podamos hacer uso de estos programas de internacionalización, más aún en una comunidad internacional como la de hoy día, para poder conocer otros sitios y costumbres a la vez que ampliamos nuestra obligada y merecida formación.
Todo ello es posible, a gran escala, gracias a los programas Erasmus+ y, a pequeña escala, a los Centros que potencian estas vías, como es el caso del Álvaro Yáñez.
¡Saludos!
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